¿Por Qué la Ciencia de Datos Es Clave para el Desarrollo Sostenible en 2025?

Desarrollo Sostenible

A medida que nos acercamos a la meta global de 2030, el mundo enfrenta una realidad preocupante: estamos lejos de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las crisis económicas, ambientales y sociales han frenado o revertido el progreso en áreas como la reducción de la pobreza, la igualdad de género y la acción climática.

En medio de este panorama, la ciencia de datos se perfila como una herramienta decisiva para transformar información en acción. No se trata solo de un recurso técnico, sino de una nueva forma de pensar y gestionar el desarrollo sostenible basada en evidencia, predicción y transparencia.

Sin embargo, el reto es mayúsculo. En promedio, los países solo disponen de información para el 39% de los indicadores necesarios para medir su avance hacia los ODS, dejando más del 60% en la sombra. Esta brecha de datos no solo dificulta la toma de decisiones, sino que impide entender plenamente dónde estamos y qué estrategias funcionan.

Ciencia de datos: una herramienta ética para el desarrollo sostenible

El uso de datos para el bien común requiere una base ética sólida. En el contexto del desarrollo sostenible, la ciencia de datos debe promover la equidad, la transparencia y el respeto a la privacidad.

Los científicos de datos enfrentan hoy cuatro desafíos éticos principales: el uso responsable de la información, la mitigación de sesgos algorítmicos, la transparencia en los modelos de decisión y la protección de la privacidad.

La inteligencia artificial (IA) puede convertirse en un aliado clave, analizando patrones de lenguaje, comportamiento y contexto para identificar desinformación o desigualdades estructurales. De esta manera, los datos no solo informan, sino que ayudan a promover la justicia, la paz y la inclusión, pilares esenciales de los ODS.

Cuando se gestionan con responsabilidad, los datos permiten monitorear en tiempo real los avances de las políticas públicas, optimizar recursos y garantizar que las decisiones se basen en evidencia verificable. En este sentido, la ciencia de datos no solo mejora la precisión técnica, sino que impulsa la rendición de cuentas y la transparencia.

Construyendo soluciones globales basadas en datos

La colaboración internacional es indispensable para aprovechar el poder de la ciencia de datos en los ODS. La UNESCO ha promovido laboratorios científicos internacionales y la ciencia abierta como mecanismos de cooperación que trascienden fronteras políticas y culturales.

Un ejemplo emblemático es la decodificación del genoma del coronavirus en solo tres días, logro posible gracias al intercambio de datos en tiempo real entre investigadores de distintos países. Este tipo de cooperación demuestra que la ciencia de datos no solo genera conocimiento, sino también capacidad de respuesta ante crisis globales.

En el ámbito de las políticas públicas, la ciencia de datos permite mapear poblaciones vulnerables, identificar cuellos de botella y evaluar la efectividad de programas sociales. Además, los datos abiertos fomentan la participación ciudadana, la transparencia y la innovación, permitiendo a gobiernos y sociedad civil co-crear soluciones.

Sin embargo, para que estos modelos sean sostenibles, se requiere fortalecer la infraestructura digital, estandarizar la gestión de datos y garantizar que los beneficios de la tecnología lleguen a todos los países por igual.

Retos y futuro de la ciencia de datos sostenible

El avance hacia un desarrollo sostenible basado en datos enfrenta barreras críticas. La brecha digital entre países desarrollados y en desarrollo sigue ampliándose, limitando el acceso equitativo a la información. Esto afecta especialmente a regiones de África y América Latina, donde la falta de conectividad y educación tecnológica limita la generación y el uso de datos confiables.

Asimismo, la privacidad y la seguridad de los datos se han convertido en desafíos prioritarios. La recopilación pasiva de información —como huellas digitales o metadatos— debe gestionarse con marcos éticos y legales robustos que protejan los derechos de las personas.

Otro riesgo es el aumento de las desigualdades. Aquellos con mayor acceso a datos y capacidades analíticas obtienen ventajas desproporcionadas, lo que puede crear una nueva forma de exclusión. Por ello, la gobernanza de datos debe concebirse como un esfuerzo multilateral, donde empresas, gobiernos y sociedad civil colaboren para crear estándares más justos y sostenibles.

Conclusión

La ciencia de datos representa mucho más que una tendencia tecnológica: es un pilar estratégico para el desarrollo sostenible. Frente a la falta de información y la complejidad de los desafíos globales, los datos nos permiten comprender, anticipar y actuar con precisión.

El futuro de los ODS dependerá, en gran medida, de nuestra capacidad para cerrar la brecha informativa del 60% y transformar los datos en políticas efectivas. Pero más allá de los algoritmos, el verdadero desafío está en construir una cultura global que combine ética, cooperación y tecnología al servicio del bienestar humano.

En Metrics, creemos que los datos solo adquieren valor cuando se transforman en conocimiento accionable. Nuestra experiencia en análisis predictivo, monitoreo digital y microsegmentación puede apoyar a gobiernos, organismos internacionales y empresas a tomar decisiones más sostenibles y transparentes.

La ciencia de datos tiene el poder de iluminar el camino hacia 2030. Si sabemos usarla con ética, colaboración y propósito, no solo alcanzaremos los objetivos globales, sino que construiremos un futuro más equitativo, resiliente y sostenible para todos.