Los algoritmos a menudo son considerados un sistema complejo de toma de decisiones que tratan de anticiparse y comprender el funcionamiento de distintos fenómenos. El uso del término está ampliamente relacionado con la inteligencia artificial y el aprendizaje automático; algunos científicos de datos los visualizan de maneras simples, parecidos a fórmulas, mientras que otras veces es necesario diseñar un árbol de decisiones donde intervienen varias disciplinas y especialistas para diseñarlos.
Es importante definir la clase de toma de decisiones o herramientas de apoyo para las que buscamos utilizar algoritmos; aunque no existe una forma universalmente aceptada para definir un algoritmo, una ampliamente utilizada es la que nos explica que son un conjunto de reglas que definen con precisión una secuencia de operaciones, desde recetas hasta complejas redes neuronales.
En el análisis estadístico se piensa en algoritmos, cuando un conjunto de instrucciones son ejecutadas de manera precisa por una computadora para aprender de los datos. En este sentido, la información estructurada resultante se le suele llamar “modelo” en donde cada concepto aprendido por la máquina tendrá cierto peso; es importante tener claro que el impacto de cualquier algoritmo depende del contexto en el que se implementa, un mismo algoritmo puede tener mucha efectividad en cierto entorno y ofrecer resultados ambiguos cuando es usado en otro.
La utilidad y necesidad de emplear algoritmos está direccionada a la velocidad de procesamiento de información en la toma de decisiones humanas. Para las agencias de relaciones públicas, debido a las nuevas estrategias de posicionamiento digital de empresas y figuras públicas, por mencionar algunos, es necesario conocer en tiempo real el impacto de campañas y estrategias de comunicación, de mercadotecnia, posicionamiento de funcionarios o figuras públicas y asuntos públicos.
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Tradicionalmente saber de la percepción (actitud a favor o en contra) y el impacto digital de los distintos clientes de una agencia podría ser considerado un acto comprometido o de obvia ambigüedad; sin embargo, en el presente, conocer esos datos duros tiene incidencia directa en las decisiones empresariales y el retorno de capital de los inversionistas.
La ponderación de información a través del uso de algoritmos trascienden la documentación de los distintos fenómenos que suceden cotidianamente y nos pone ante la perspectiva de conocer el origen de los hechos; aunque la mayoría de las empresas ya cuentan con los datos, el hacerlo se verá simplificado y perfeccionado con el uso de algoritmos que nos dan conclusiones más precisas y mejoran la toma de decisiones en tiempo real.
Las actividades de las empresas, partidos políticos, la agenda política nacional de un país, etc, transformadas en datos matemáticos nos pueden arrojar análisis de inteligencia cada vez más sofisticados al ser procesadas por algoritmos inteligentes que aprenden constantemente de manera automatizada la información que analizan, una vez garantizado el flujo y abastecimiento de la extracción de los datos.
Finalmente el uso de los algoritmos integrados en aplicaciones operativas, influirá cada vez más, en la toma de decisiones y acciones de las compañías, programas de gobierno y agencias de relaciones públicas, comunicación, mercadotecnia o asuntos públicos, brindando resultados de manera continua, analizados por especialistas enfocados en verificar que no se desvíen de los objetivos que tiene la marca en función del impacto en la oferta de valor del negocio.